Por. Esteban Beltrán Ulate
Profesor Universitario
La campaña política evidencia predominantemente un aprovechamiento de la ignorancia de algunos y una falta de respeto a la inteligencia de otros. Lamentablemente atendemos a un escenario en el que la egolatría, el egoísmo, las ansias de poder, carcomen la dinámica democrática, debido a la insulsa práctica de diversos personajes que ostentan algunas candidaturas. No todo está perdido, hay esperanza, no todos los políticos son iguales, sin embargo, en este texto quisiera detenerme a reflexionar sobre las prácticas, patéticas, de algunas personas que lejos de animar y fortalecer la democracia electoral incitan a una abstención mayor.
La política que busca aprovecharse de la ignorancia y burlarse de la inteligencia, golpea los cimientos de una sana democracia. Por eso es importante, reconocer las prácticas insensatas, así como a sus autores, con el objetivo de hacer un llamado a la conciencia del electorado, para clamar por una limpieza en las prácticas democráticas. No es posible que en favor de la obtención de votos, diversas figuras que disputan la carrera rumbo a casa presidencial, apelen a gestos, discursos, posturas, silencios, que impulsen lo absurdo, lo irracional, lo chabacano, lo burlesco.
No solamente se está generando una desilusión en algunas personas que podrían abandonar la posibilidad de ejercer el voto, sino que también se está haciendo un uso impropio de los recursos económicos que permiten el financiamiento de las campañas, no está de más declarar que ciertos medios de comunicación pierden su tiempo, cual “miada en canasto de paja”, al reproducir las nimiedades de ciertos candidatos cuando llevan a cabo formas de comunicación vacías.
Tengo claro que la política dejó de ser un ámbito para la confrontación de ideas elaboradas mediante robustos argumentos, lamentablemente en la sociedad del show, se apela a la generación de emociones, de estímulos, de sensaciones, sin requerir necesariamente que estos vayan encadenados a una idea robusta. Dicho de otra manera, lamentablemente, hay ciertos políticos que aprovechan la campaña para hacer de su carrera un Show mediático.
Son múltiples los ejemplos de las prácticas vacías, entre las que podría destacar, el desmoronamiento del perfil académico, intelectual, o tecnócrata,, por conducto de acciones que intentan de manera insulsa presentar al candidato como un sujeto ordinario, con el objetivo de hacerlo potable a lo qué quizás consideren como un grupo de electores ordinarios. Detrás de las prácticas de ciertos candidatos se vislumbra la visión que dichas agrupaciones políticas tienen sobre la ciudadanía.
Dicho de otra manera, si se estuviese fuera de la campaña estos personajes que en este momento son candidatos no se comportarían en estas formas, no obstante, en el marco de la carrera presidencial, adquieren poses, escenifican personajes, que revelan la visión de ciudadanía que dichos grupos políticos tienen.
Ver a un candidato girar sobre su propio eje, no es sinónimo de una práctica tradicional de dicha persona, sino más bien un gesto que revela la visión de dicha agrupación sobre un grupo de lectores que desean captar para así.
Podríamos tomar otros ejemplos, pienso en el caso de ciertos candidatos que ya no anhelan los goces de Europa, y que luego de enjugarse las lágrimas del tamal que se comieran tiempo atrás, han decidido atajar penales, montar moto, hacer de locutores “bombo clash ” y tomar guaro en las esquinas.
Pero esto no termina acá, se encuentran también, candidatos que debido a la ausencia de presencia en la población, tienen que recurrir a personajes mediáticos de antaño, con el objetivo de ser reconocidos, no necesariamente por su condición o perfil, sino por la figura de autoridad que revela la persona que les acompaña. Al punto de empapelar diferentes comunidades con el rostro de la figura de compañía, con el objetivo de generar un descuido en la población electoral, que al final puede pretender dar el voto por una figura cuando realmente es por otra, dicho de otra manera, es como ver la imagen de unas zapatillas en la vitrina pero a la hora de llegar a pagar recibir unas sandalias, propaganda engañosa dirían algunos.
Hay quienes mejor evitan meter la pata, y así evitar más audios de WhatsApp filtrados, por lo cual se acostumbran a guardar silencio, abstenerse de participar en público, evitar brindar posiciones, o simplemente decir “otro día con más tiempito” o “después de los 100 días vemos” a cualquier pregunta que se le haga.
El tico es manso pero no menso, y aunque exista aún resabios de miedo por las nuevas prácticas políticas que se asoman en el mañana de esperanza, la población se enfrenta hoy a un desafío que es ineludible, la lucha contra la corrupción y la defensa del medio en el que vivimos. Flaco favor nos hacen aquellos candidatos que intentan a toda costa desviar la atención sobre estos temas.
Que nadie se aproveche de la ignorancia, que nadie se burle de la inteligencia, salvemos nuestra democracia, que la verdad nos haga libres, pues un mañana de esperanza aguarda.
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